sábado, 26 de janeiro de 2013

Ser mujer: libros femeninos recomendados


Muchas mujeres me piden libros o materiales que puedan apoyar su despertar femenino, su trabajo con grupos, su desarrollo personal. Casi todo mi desarrollo y experiencia en el despertar femenino viene de transmisión oral y vivencial. En la antigüedad,  y aun hoy en las tradiciones, el conocimiento es dado de manera personal, directa. Los libros y tratados más antiguos se expresan como poesía que inspira, que despierta estados, sensaciones, no como teoría. Por ello recomendar libros no es tan fácil.


Aquí presento una pequeña lista de lecturas que pueden ayudar, pero sobre todo que sirvan para inspirarte, no para encasillarte en conceptos y teorías.

“Mujeres que corren con los lobos”, Clarissa Pinkola


Este libro es un clásico en el despertar femenino y recomendable para todas las mujeres que quieren conocerse, así como reconocer e integrar su fuerza que vive en estado salvaje dentro de cada una. 







 "En Mujeres que corren con los lobos, Clarissa Pinkola nos ofrece una auténtica joya repleta de claves del espíritu femenino. A través de diversos cuentos (algunos familiares, como Barba Azul o Las Zapatillas Rojas), la autora nos ofrece una fantástica oportunidad para reinterpretar y comprender mejor nuestras experiencias vitales y así poder actuar en plena consciencia. Pinkola parte de la premisa básica de que toda mujer, sin excepción, alberga en su interior a la Loba, la Mujer Salvaje, aquella que nos llena de energía y nos hace recuperar la espontaneidad, a la vez que nos transforma en animales maduros que saben protegerse de los depredadores dejando a un lado la ingenuidad o la inexperiencia. Puede estar dormida o medio muerta, pero siempre anhelará reencontrarnos.”




"La tienda roja” Anita Diamant

Sinopsis: Su nombre era Diná y en la Biblia apenas se la menciona para referirse a un violento suceso de venganza que protagonizaron su padre, Jacob, y sus hermanos Simeón y Leví. Única hija mujer de Jacob entre los numerosos varones que éste tuvo con Lía, su primera mujer, y con sus otras tres esposas, Zilpá, Raquel y Bilhá, todas ellas hijas de Labán.



 Diná relata de viva voz su propia historia en lo que supone una auténtica evocación del mundo femenino en la época del Antiguo Testamento. En aquellos tiempos, las tradiciones, las historias familiares y los conocimientos en general se perpetuaban de generación en generación por medio del linaje materno. Y el trasvase de toda esta sabiduría tenía lugar en la «tienda roja», espacio donde se recluían las mujeres cuando no podían aparecer ante los ojos de los hombres, durante los días del ciclo femenino, después de los partos y en momentos de enfermedad. Allí, Diná explicará las historias de sus «cuatro madres», a partir del día en que Jacob apareció en las tierras de su tío Labán, así como el azaroso traslado de su familia desde la Mesopotamia hasta Canaán, y más tarde su emigración a Egipto.

Pero La tienda roja no es simplemente una reconstrucción del libro del Génesis desde el punto de vista de la mujer, sino una novela histórica minuciosamente investigada que nos introduce en el riquísimo mundo de las tradiciones más ancestrales. Todo un acopio de normas y conductas imprescindibles para la supervivencia en tierras áridas y desoladas que, además de constituir la base de las religiones judeocristianas, siguen vigentes en algunos rincones del mundo hasta el día de hoy. 
«Una novela viva e intensa... Sería tentador decir que La tienda roja es lo que la Biblia podría haber sido si hubiera sido escrita por mujeres, pero tan sólo Diamant habría podido dotarla de tanta profundidad y gracia». The Boston Globe


“El libro de la mujer”, Osho

Extracto:” Pero las verdaderas diferencias existen ciertamente, y tenemos que buscarlas detrás del montón de diferencias inventadas. Una dife­rencia que veo es que una mujer es más capaz de amor que un hom­bre. El amor del hombre es más o menos una necesidad física; el amor de la mujer, no. Es algo más grande y más elevado, es una ex­periencia espiritual. 


Por eso, la mujer es monógama y el hombre es polígamo. Al hombre le gustaría tener a todas las mujeres del mun­do, y aun no estaría contento con ello. Su insatisfacción es infinita. 

La mujer puede sentirse satisfecha con un amor, absolutamen­te satisfecha, porque no mira el cuerpo del hombre, mira sus cua­lidades más profundas. No se enamora de un hombre que tiene un hermoso cuerpo musculoso, se enamora de un hombre que tiene carisma —algo indefinible, pero inmensamente atractivo—, que es un misterio a explorar. No quiere que su hombre sea tan sólo un hombre, sino una aventura en el descubrimiento de la conciencia.” Osho

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